"No sé si soy clásico o romántico, dejar quisiera mi verso como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera". Antonio Machado

24 marzo 2006

Nos han vuelto a engañar

Quartidi, 4 de Germinal de 212

Vengo defendiendo desde hace tiempo, que los grandes cambios sociales no son más que el paso de una situación arcaica a otra análoga mejor adaptada a los tiempos.

A través de largas conversaciones con amigos historiadores y arqueólogos, y lecturas romanistas clásicas y modernas, trato de hacer una recreación mental de lo que fueron los esclavos durante la época republicana e imperial:

No eran dueños de su libertad, pero percibían un salario que les permitía, llegado el caso, comprar su libertad y convertirse en libertos. No todos estaban destinados a trabajos anodinos en oscuros agujeros, sino que llegaban a hacer labores de gestión y ocupar puestos de confianza cara a sus señores. Y por supuesto no todos fijaban el fin último de su vida en llegar a ser libertos, sino que se limitaban a hacer su vida doméstica: reirse, alimentarse, tener hijos...

Recientemente conversaba con mi amigo Ankawa sobre el problema de la vivienda y sus precios, y muy acertadamente me decía: "Han aprovechado la inclusión de la mujer en el mundo laboral, para poder justificar una subida brutal del precio de la vivienda a cuenta de un aumento inicial del poder adquisitivo. Para un soltero, aunque tenga un sueldo aceptable, es casi imposible comprar algo".

Sin conocer personalmente a aquellos señores que mueven los hilos de los personajes que ocupamos este guiñol, creo que Ankawa tiene razón.

Cuántos consiguen hoy día la situación de libertos, mandando su hipoteca y su jefe al baúl de los recuerdos, y emprenden una vida en solitario o en pareja, fuera de las condiciones de vivienda y trabajo impuestas por los nuevos "patricios".

¿No ha supuesto la justa búsqueda de Libertad de la mujer hacia su salario propio, un paso a la esclavitud de la pareja y de la familia hacia agentes externos, que nos ofrecen poco más que una situación de bienestar bien estudiada?

No tengo, ni aspiro tener respuesta a tanto rompecabezas. No dudo que los que mueven y organizan son más listos y conocen mejor que Yo la realidad.

Pero tampoco descarto golpes de ingenio y avidez que nos permitan escapar puntual y felizmente, a cada uno de nosotros, de los sutiles grilletes tan hábilmente precintados...

Suerte a todos, y,

SALUD.

2 Postillas:

Blogger Fernanblog dijo...

Pues sí amigo(s), así es.

Hace tiempo que dejé de decir "estamos en la era de inventar por inventar" para seguir diciendo "nos las cuelan por todos lados".

Como siempre, reordene a su gusto:
1.- sálvese quien pueda.
2.- Sálvese quien quiera.

lunes, 27 marzo, 2006

 
Blogger carlitosreina dijo...

Muy buenas,
vengo yo pensando sobre esto largo y tendido (cero, o cinco, nada o con premio), y la verdad es prácticamente coincido con lo dicho en lo fundamental, y hasta en lo trivial.

Como uno no esté muy atento a su vida, las reflexiones ciertamente pueden llevarle a la depresión (del Guadalquivir, por citar un ejemplo), al hastío, a la repugnancia por la vida humana, en el sentido de lo social.

Es este un tema que tengo pendiente. Muy pendiente. Y es que no lo acabo de terminar, quizás conscientemente, por no entristecerme demasiado. Pero no dudes que reflexionaré en público sobre esto, con la mitad de claridad que tú al menos, espero.

Un fuerte saludo, de este esclavo y plebeyo. Recuerdos San Patricio, que hace poco fue su día.

miércoles, 29 marzo, 2006

 

Publicar un comentario

<< Home