Alarife por obligación
Septidi, 7 de Pluvioso de 214
No sé qué es la Felicidad, no sé quién es. Hoy, no más, estreno cuaderno de escritura y ya es motivo más que suficiente para estar Feliz. Pero no es sólo el motivo, es una gota más que acompaña a la lluvia. Pero no sólo la acompaña, la hace lluvia.
Otras veces, apenas acontecimientos más sublimes: grandes ofertas de trabajo, grandes orgasmos, compras grandes... No consiguieron más que salpicar la torridez, con esas gotas sueltas que se evaporan apenas caen sobre el asfalto.
La Felicidad es un castillo en continua reforma, a veces se llena de escombros, a veces pinta ruinas, y otras palacios de príncipes y princesas. Nuestra vida está llena de sillares, sillarejos y adoquines; de adobes, cañas y argamasas; que unas veces se adecuan a nuestra obra y otras nos sobran.
La cimentación del edificio no se ve, queda sutil en los bajos del solar, colocada poco a poco antes de que nos demos cuenta. Tan profunda. Tan de nosotros mismos. Pero, perdonen tecnicismos, el peso de la estructura, cuando ésta es firme y consistente, asienta nuestras zapatas hasta hacerlas inamovibles.
Cuídate hombre feliz de torrentes y terremotos; la Vida pasa a tu lado, no hace falta correr ladera abajo a encontrarla. Aprovecha las vistas de la colina, la mansedumbre del valle o el olor del arado.
Disfruta de tu lugar en el Mundo, suma, suma y suma pequeños cantos, cal y arena, pues proporciones adecuadas fraguaron para dejar en pié panteones y coliseos.
Mira los rostros: ¿Acaso no se distingue una fachada habitada de un cerrado por derribo?
Trabaja el ladrillo con las manos, pues el paradigma del barro es el paradigma del hombre, y el soplo del viento el fluir de los años ante tus ojos.
Busca en tu obra dignidad y belleza. Entrega la simiente del futuro y mímala al crecer. Sólo así pudo pasar el gremio de los alarifes al Parnaso del arte.
Descansa cuando llegue la noche, y si vuelve a amanecer abre las ventanas a la claridad.
SALUD
2 Postillas:
Me gusta mucho tu forma de escribir...
me metí para leer el que me dijiste pero no recuerdo cuál era!
de todas formas te voy a enlazar y así me podré pasar más de vez en cuando.
últimamente estoy liadísima pero en cuanto tenga tiempo me gustaría poder disfrutar de tus letras.
un beso muy grande!
miércoles, 30 enero, 2008
Hace años leí el Alquimista. Uno de esos libros que fue referente a cierta edad, y además, me lo regaló tu hermana (que la siento como mía...:) ). De todo el libro, recuerdo justamente la historia que habla sobre el secreto de la felicidad: ser capaces de contemplar las maravillas del mundo sin derramar la cucharilla de aceite...
Lo encontré AQUI. (bendito Gugel)
jueves, 31 enero, 2008
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