...Y orea

Tridi, 13 de Germinal de CCXX

Ya calma Eolo la furia
de las tardes de las voces,
ya echo de menos tus coces,
como el fangal a la lluvia.
Y orea el Sol fascinado
levantando las moléculas
bipolares de tu lengua
que humedecen mi costado.

Ya es en mi hoguera la noche:
soledad, calma y velamen,
al pairo queda el que lame
en tu vacío mi derroche.
La nube singla a poniente,
el viento rola y se aleja,
y entre los chopos tu queja
me acribilla complaciente.

Hoy mi soliloquio es tiempo
de palabras y tejado,
recuerdo gris escampado,
sol, calor y lo que siento.
Hoy el granizo es anís
de mis ferias infantiles,
recuerdos dulces de abriles
madrugados junto a tí.

Hoy estoy solo y no puedo
dormir pronto sin tu mano,
hoy me fraguo con Vulcano
pues tu media cama es fuego,
y me resbalo y me caigo
en los brazos celestiales
del hielo blanco que sale
de la rutina que atraigo.

La noche en sí, es pecado.
Las estrellas, los reflejos
que me muestran desde lejos
lo sólo que me he quedado.
(y lo poco que me quejo).
Mi estrofa al fin se ordenó
envuelta en arte menor
del verso roto me alejo.

Ya mi nostalgia es alegre,
y mi alegría tranquila,
cual ovejilla que esquilas
y ha de volver al pesebre.
Y oreo fiel y ni lloro,
ni yerro al fin iracundo
pues mi trance vagabundo
en sí lleva su tesoro.

SALUD