Detente caminante.
Septidí, 27 de Fructidor de CCXXII
Detente caminante
un momento a ver el valle,
a observar los detalles,
a absortarte un instante.
El pino en su lugar,
el álamo temblando,
el viento galopando
y allá brillando el mar.
La sombra del berrueco
se alarga cual puñal
en el ambiente otoñal
que anuncia el ciervo y su eco.
El prado ya rebosa
de pezuñas y de sol
y espera el arrebol
lábil la mariposa.
Mírate también tú:
tu pasmo y tu jadeo,
tus guantes de boxeo,
tu planta de abedul.
Mírate tu también,
que un instante es la vida,
un as, no es la partida,
aunque así sea, sea amén.
SALUD
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