El ratón en la escalera

Decadi, 30 de Frimario de CCXXI

Trenzando la vida chato y escuro
pervivo gris como la lagartija,
que sale a mirarte desde su hendija
asilada en la umbría de aquel muro.

Ni alcanza el Sol docto en su oficio
a verse en la frescura de tu pozo,
ni es su mal buen fruto de mi gozo
que aguardo año tras año en tu solsticio.

Alma de espuma, devenir sombrío,
que pasas caudalosa en mi ventana,
cuando los dedos de mi corazón desgranan
cual margaritas los trigos del plantío.

Y si el ratón en la escalera puede
saltar la inmensidad de los peldaños
mi yo roto en el hielo de lo hogaño
(proscrito de tu voluntad adrede),

no multiplico el viento, pues salpican
los sones de tu ausencia poderosa,
y me duermo inmóvil preso de la losa
de los males que tus ojos no me explican.

SALUD