Seceos o ceseos.
Decadi, 30 de Pluvioso de CCXXI
Cada metro que me alejo me regresa
al balcón florido de tu casa
cada flor que en mi ventana pasa
es esa boca que mi añoranza besa.
Si aún no sabes que mi fuente de tristeza
es el vacío del carcaj de tu melaza
y como a dardos de Diana cazas,
fijo dome por perdida la cabeza.
Loco me alejo tirado por la brisa,
desolvidando tus frutas más carnosas,
y en mi fuga mezclo verso con prosa,
alma con cuerpo, llanto con risa...
Tu adiós indiferente me hace trizas,
tu mirada sin mirarme me destroza,
no sé por qué salto de lleno a la poza
y te ofrezco el gobierno de mis drizas.
El calor del albero sobre el coso,
las maneras tan toreras que me usas,
la muleta que bajas y así abusas
de las tardes que en bravura me reboso.
Pero el lábil disimulo de mi gozo
no es la charca que mi destino cruza,
es la vida que al capear chapuzas
de un embite sin devoción destrozo.
SALUD
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