VEJACIONES EN VOZ FLEXA
Primidi, 3 de prairial de 216
Ayer hubo huelga de funcionarios. No voy a entrar a juzgar la huelga en sí misma. Es un derecho y cada cual lo aplica según su conciencia, según su interés, según su dejarse llevar y otros etcéteras.
He pensado y dicho en varias ocasiones que las habas están contadas y ni tener un título universitario es un cheque en blanco, ni una oposición pública es una balsa over the río Bravo que lo pueda salvar a uno, y menos a todos. Así que cuando lleguen las quemas, que llegarán pues siempre estuvieron, inundaciones, señalamientos y otras circunstancias entre las que se puede encontrar una crisis sistémica como la que nos alumbra, cada cual tendrá que lidiar el toro con lo tenga a mano, bien paraguas, bien sombrero, o bien raudo correr.
Si el sistema público quiebra, y después de Grecia y Hungría, ya no parece tan ciencia ficción como cuando se lo comentaba a un amigo funcionario hace año y medio, no va a haber para todos, por muy funcionario que se sea.
Que vengan los sindicatos a arengar de derechos y de dignidades perdidas, oposiciones aprobadas, y derechos de pernadas institucionalizados y adquiridos, debe ser cogido por pinzas por los ciudadanos de coherencia media, puesto que para el sindicalista ese es su oficio. Que un funcionario, o cualquier otro ciudadano, decida ir a una huelga para reivindicar abusos me parece completamente lícito, pero no queramos ser más que lo que nos toca, ni queramos un "estado cornucopia", porque las habas siempre estuvieron contadas. Hasta cuando eran incontables.
Pero lo que más me ha sorprendido de esta huelga es que en el mundo de las comunicaciones de las tecnologías no sepamos cuál ha sido el seguimiento. Huelga decir, por enésima vez, que no veo, pues no tengo, televisión, donde ayer seguro que estuvieron horas y más horas diciendo y contradiciendo las verdades y las mentiras a partes iguales. Así creo que el que estuvo todo el día escuchando noticias de la huelga no puede saber mucho más que yo, que sólo leí el titular de un periódico digital. Decía que los sindicatos valoraban el seguimiento en un 75% y era un gran éxito para ellos (ya pueden seguir cobrando con la conciencia tranquila) y las administraciones que apenas había alcanzado el 11% (o sea que los funcionarios eran gente responsable y solidaria porque sabían sumarse a la situación de crisis generalizada).
Pero yo no soy ni sindicalista ni político, por ahora si algo puedo decir que soy (o estoy siendo, suerte que aquí no tenemos un único verbo para ambos) es científico. Y lo único que puedo considear cierto es que el 25% de los funcionarios fueron ayer a trabajar y que el 11% no fueron, pero tengo la duda mayoritaria de qué coño hicieron el 64% restante. O sea que a pesar del bombardeo de información no podemos precisar qué decisión tomaron dos de cada tres funcionarios, si estuviera de alguna parte me creería la que interese, pero vivo de observar.
Por experiencia estos rocamboles no se resuelven nunca, sólo hay que tirar del registro, manifestaciones con 25 000 u 800 000 asistentes, derrames de crudo con 60 000 ó 90 000 toneladas, bombas con o sin Titadyne, profetas enviados o tan sólo fumados... Un largo etcétera.
Lo siento pero me reafirmo en mi idea de no conectar antena de TV, puesto que prefiero el desconocimiento que el mal conocimiento.
O como decía casi a la perfección Javier Krahe: "Prefiero caminar con una duda que con un mal axioma".
SALUD