De veces en cuando.
Duidi, 22 de Frimario de CCXXII
Unas noches me siento constelación menor, de cielos altos. Inalcanzable al abrigo de mi corta estatura. Y otras me hallo estrella guía, blanca y clara, que lleva a navegantes hasta el otro lado de la Historia.
Algunos días amanezco, chorreado de rocío, escarchadas mis bisagras, como puerta desvencijada sobre el prado en abandono. Otras mañanas: luzco brillo de Sol en el estanque, primer rayo del futuro y agua clara para el día. Unas veces bajo los brazos y caigo rendido, del peso de las uñas que me muerdo. Angustiado. Otras veces alzo las manos y los mismos dedos gritan en las cuerdas del viento, como el solpo que mueve las puntas últimas de la encina.
Unas tardes no me paro en los espejos, y corro a buscarme allí donde no estoy, donde no estamos. Y vuelvo sin encontrarme, un tanto perdido. Sólo animado de volverme a buscar mañana.
Y hay tardes como hoy, que miro hondo, cual pantalán al lago. Que me busco a mí mismo en el interior de tí misma, y veo mis largos cimientos inseparables de tu fondo. Y una gota salada toca tu dulzura, pero todo sabe alegría.
SALUD